SUEÑOS, REALIZACIONES Y RESISTENCIAS EN TORNO A LAS CENTRALES HIDROELÉCTRICAS DEL ALTO MAGDALENA DURANTE EL SIGLO XX
A
propósito de las hidroeléctricas en el
Huila
SUEÑOS,
REALIZACIONES Y RESISTENCIAS EN TORNO A LAS CENTRALES HIDROELÉCTRICAS DEL ALTO
MAGDALENA DURANTE EL SIGLO XX[1]
Ananías
Osorio Valenzuela
Miembro
Numerario Academia Huilense de Historia
El presente texto se propone describir
brevemente algunos sueños, realizaciones
y resistencias en torno a la producción de energía eléctrica en el Alto
Magdalena, formulados durante el siglo XX, tanto por personalidades y
organizaciones altruistas de la comarca huilense, varios de ellos consignados
en ordenanzas y decretos, como por equipos de técnicos de institutos oficiales
del orden nacional, con el fin de contribuir con la ampliación de la memoria pública[2] sobre esta temática en momentos
en que se formulan críticas por la ejecución de proyectos para la explotación
de los recursos hídricos existentes en la región, muy en especial, a partir del
año 2009, cuando la empresa Emgesa S. A.
EPS., filial de Endesa Internacional de España, iniciara la construcción de la
Central Hidroeléctrica de El Quimbo, así
como los reclamos de la opinión pública regional por la reciente visita de delegados de la República de China,
interesados en la explotación de la hoya hídrica del sur del Departamento del
Huila.
Para
una visión amplia de este aspecto de la
economía regional y nacional, se cuenta con fuentes historiográficas que
registran datos de su proceso evolutivo[3]. Para el caso que nos
ocupa, estas fuentes solo se tendrán en cuenta tangencialmente, en tanto que lo
buscado es visibilizar aquellos sueños
que, al hacerse realidad, vienen generando posturas críticas desde varios
sectores de la opinión pública, incluso, de la dirigencia regional que, en su
momento, los avalaron e incluyeron en sus discursos.
La
dirigencia regional, desde la creación del Departamento en 1905 y durante toda
la centuria, ha centrado su atención en el desarrollo agroindustrial y la
consiguiente formulación de proyectos
como la importación de semillas, la irrigación de tierras, la construcción
de vías terrestres, férreas, fluviales y aérea, y la producción de energía
eléctrica para el consumo residencial y el impulso del desarrollo
agroindustrial, todo ello dirigido a erradicar el atraso y salir del aislamiento
de los centros de poder económico, político y social. Buena parte de la gestión
con sus aciertos, desaciertos, dificultades y frustraciones puede rastrearse en
la “Historia General del Huila” editada en 1996, en el texto “100 años de
democracia y participación regional” de la Asamblea Departamental editado en el
año 2011, y en diversos diagnósticos elaborados por gobernantes, entidades
oficiales y organismos no gubernamentales.
Frente
a la producción de energía eléctrica mediante el aprovechamiento de las caídas
de agua de los ríos aledaños a los poblados, son varios los sueños y los esfuerzos
realizados tanto por gobernantes municipales, departamentales y nacionales, como por particulares. Veamos:
PRIMERAS REALIZACIONES Y SUEÑOS
Mientras
en Bogotá se iniciaba el servicio de energía eléctrica en 1890, en Bucaramanga
en 1891, en Barranquilla en 1892, en Medellín en 1897, en Manizales en 1905, en
Ibagué en 1909, en Cali en 1910, en Girardot en 1913, en Neiva se inició el 8
de diciembre de 1913[4] por gestión de una empresa
particular dirigida por Reinaldo Matiz. Al respecto, en un informe de 1919 de
Daniel Salazar, en representación de la
“Compañía de Energía Hidro-Eléctrica de Neiva” a Manuel S. Rivera, Secretario General de la Gobernación, daba
cuenta de las acciones de Matiz en su empeño por traer la energía eléctrica a Neiva. Por su
importancia se transcriben apartes de dicho informe:
Por ahí en 1909, el finado doctor Luis
F. Blanco, insinuó a los señores Matiz y Compañía de este comercio, la idea de
aprovechar el agua y la pequeña caída que entonces utilizaban ellos para baños
públicos, en una instalación hidráulica de fuerza motriz, con fines
industriales. Los señores Matiz hicieron estudiar esa idea de varios ingenieros
y el señor doctor Joaquín Emilio Cardoso les hizo la instalación y montaje de
una turbina vertical, que compraron ocasionalmente en esta ciudad al señor
Obispo Rojas, por conducto del señor don Juan Romero, Mayordomo de Fabrica,
quienes según informes, la habían introducido para mover una maquinaria de
hacer ladrillo, cuya instalación, parece, no se llevó a efecto[5].
Al
parecer esta turbina tampoco sirvió para producir energía eléctrica. En tanto
que, a renglón seguido del citado informe, dio a conocer la constitución de una nueva empresa en Bogotá
dirigida por su socio Clímaco Mejía, y en Neiva, Reinaldo Matiz, quienes se propusieron
instalar máquinas trilladoras de café, y adquirir en el exterior de una planta
eléctrica, con la cual, una vez
instalada por el doctor Jorge Umaña R., Neiva vio la iluminación de su
parque principal la noche del 8 de
diciembre de 1913. Según el citado informe, este servicio se prestó hasta
diciembre de 1917, cuando dejó de funcionar por deterioro y ruptura de la
turbina.
Daniel
Salazar continúa informando que se gestionaba la adquisición de una nueva planta eléctrica
trifásica, la cual generaría 2.400 voltios
con capacidad para instalar 2.500
lámparas incandescentes de 20 watios cada una, así como ventiladores, planchas
y “calentadores para el servicio de
cocina a domicilio”. Para ejecutar el proyecto, informa que la empresa había
presupuestado un total de 70.000 dólares, con lo cual se constituiría en matriz
para el impulso de obras análogas en la región.
Con
esas perspectivas sobre el aprovechamiento de la energía eléctrica, Daniel Salazar dejó plasmado su
sueño un tanto quijotesco: en el informe citado, le propuso al Gobernador de la
época la instalación de un TRANVÍA ELÉCTRICO entre Neiva y Campoalegre,
mediante la construcción de sendas plantas eléctricas, su prolongación hacia el
sur hasta Garzón, y hacia el norte hasta Girardot[6], cuando para esa época se
firmaba el contrato para la construcción
de la vía férrea entre Espinal y Neiva[7]. Vale la pena recordar que
a este sueño vial de 1919, de Salazar, se le sumó el de la construcción de la
vía terrestre Neiva, Palermo, Valle del Cauca mediante ley 24 de 1920, sueño
que recorrió todo el siglo, y que contó con gerentes, con empresa de
transporte y con presupuestos, hasta 1993, cuando el gobernador de la época, gestionara
ante el Ministerio de Obras un aporte de $200 millones para los estudios de
prefactibilidad[8].
Por su inviabilidad, este sueño fue enterrado a principios del siglo XXI. Sin
embargo, según en una crónica reciente, habitantes del oriente de la capital,
aún añoran la conexión con el Océano Pacífico[9].
Siguiendo
la pista al tema central, la historiografía
disponible muestra que, aprovechando las caídas de agua de las pequeñas hoyas
hidrográficas, en 1922 en Timaná, se
había constituido una empresa para la
producción de energía, y que a partir de 1925 ofrecería el servicio de energía al poblado y luego al
sur del Departamento; en 1924 en Neiva se había constituido una nueva empresa de energía con
la participación del municipio, la que construyó una nueva planta sobre el río
Fortalecillas, permitiendo la generación de energía para Neiva y el norte del
Huila. En la década del 30, contaban con plantas eléctricas los municipios de
Gigante y Agrado[10].
A
partir de 1938, este servicio tomó un nuevo aliento, animado por normas
nacionales dirigidas a incentivar la producción de energía eléctrica, dando vía
al impulso de estudios de cuencas
hidrográficas en el país. Para el Huila, por Ley 151 de 1941, el Congreso de la
República ordenó los estudios y el presupuesto del año siguiente para la
construcción de dos Centrales Hidroeléctricas en el Departamento sobre los ríos
que ofrecieran ventajas, entre ellos, los ríos Neiva, Baché, Venado y Cabrera
en la sección norte del Departamento; y Suaza, Páez y Bordones, en la sección
sur. Si los estudios arrojaban resultados favorables en uno de estos ríos, se construiría
una sola gran Central, y se constituiría
una Sociedad en la cual la Nación
participaría con el 70% de las acciones, el Dpto. con el 20% y los Municipios o
entidades particulares con el 10%[11]. Sin embargo, al
consultar el presupuesto aforado para el
año de 1942, no se encontraron rubros para la ejecución de lo ordenado, aunque
sí aparece designación de partidas para los estudios de las hidroeléctricas del
Valle del Cauca. De esta manera moría otro
sueño, ahora diseñado desde el
Congreso, en torno a la explotación del recurso hídrico existente en la región.
De este sueño, al parecer, hicieron
parte parlamentarios del Huila, entre ellos, Néstor Arce Perdomo, padre
de Fabio Arce Luna, ex notario de Neiva.
Pese
al abandono de lo ordenado por ley por parte del gobierno central, la
dirigencia regional continuó desarrollando ideas dirigidas a materializar sus sueños.
En 1942, por orden del Gobernador de turno, el Ingeniero Carlos Boshell
Manrique realizó los estudios para la construcción de una central
hidroeléctrica en el río Páez. Aprobados los estudios, pasaron por la Asamblea
departamental y el Ministerio de Obras Públicas, y sus resultados, nuevamente,
¡sueños! ¡La obra sobrepasaba la demanda del momento![12]
Una
forma de aterrizar ideas en torno al servicio, se materializó con la constitución, en 1947, de la sociedad anónima denominada “Centrales
Eléctricas del Huila S.A.”, con acciones de la nación, el departamento y los
municipios de Neiva, Garzón, Baraya, Rivera y Tello, la cual se encargó de
centralizar el servicio, de impulsar la interconexión regional, y la ampliación de la
oferta con la instalación de plantas diesel en Neiva y el sur del Huila. El
servicio se amplió con la inauguración de la planta de Iquira en 1955[13]. Igualmente, el aporte
del ingeniero Carlos Boshell Manrique,
contribuyó con la formulación del proyecto de una central hidroeléctrica
sobre el rio Magdalena a la altura de Betania, proyecto que murió temporalmente
por sus elevados costos y porque por esa época se habían paralizado las obras
de las represas en Antioquia y el Valle del Cauca[14].
TIEMPO PARA SOÑAR
El
silenciamiento de los partidos tradicionales a mediados del siglo con motivo
del golpe militar del general Gustavo Rojas Pinilla, se constituyó en motivo
para pensar en el futuro del terruño por parte de representantes
gubernamentales, periodistas y políticos silenciados, varios de estos sueños fueron
elevados a la categoría de normas departamentales, una vez reinstalados estos
organismos. Veamos:
La
proyección que realizó Pedro J. Alarcón Charry (gestor de la idea de una
Universidad para el Huila) por ese
entonces (1955), secretario de
Agricultura y Ganadería, alrededor del
recurso hídrico, avizoraba a 25 años, es decir, a 1980, un Huila con un desarrollo agropecuario
pujante, mediante la parcelación de
100.000 fincas de 20 hectáreas cada una, con mano de obra calificada, con irrigación y agua potable,
energía eléctrica y vías carreteables;
viviendas dignas, rodeadas de huertas y jardines; fomento de la ganadería intensiva; construcción de hidroeléctricas en los ríos
Magdalena, Páez y Suaza; protección de
hoyas hidrográficas con bosques;
destierro de las quemas y la reforestación de las colinas que circundan el
valle del río Magdalena y las laderas de las cordilleras[15].
A su turno, un año después de la celebración del Cincuentenario del
Huila, la organización
de los periodistas denominada “Círculo
de Periodistas del Huila”[16]
da cuenta de varias iniciativas en pro del desarrollo de la región. Este grupo
de comunicadores, consolidó un documento de nueve puntos que paulatinamente
fueron difundiendo a través de la prensa y de la radio. Sobre el recurso
hídrico, pregonaban la construcción de una represa sobre el río Magdalena a la altura
de Betania, para producir energía e irrigar 1.500 hectáreas de tierra
cultivable; otra sobre el río Cabrera que irrigaría 4.000 hectáreas, y una tercera, sobre el río Suaza, que
irrigaría 2.500 hectáreas, entre otros[17].
Ese
mismo año, el corresponsal de la revista Semana,
informaba sobre la conformación de una
Junta denominada “Comisión de Acción Huilense” integrada por periodistas y
empresarios, la cual había gestionado ante el gobierno central la promesa del
aporte de $1.700.000 para la segunda etapa de la Central Hidroeléctrica de
Íquira y la ejecución de los estudios para la construcción de la represa de Betania
sobre el rio Magdalena. Puntualizan sobre la necesidad de dividir el
departamento en tres zonas hidrográficas con el fin de beneficiar a todos los
municipios mediante la construcción de sendas centrales eléctricas y la
consiguiente irrigación de tierras: la hoya del rio Neiva, cuya central hidroeléctrica
se ubicaría en el municipio de Campoalegre; la hoya del río Cabrera, mediante
la construcción de una central hidroeléctrica sobre el río Venado, y otra en la hoya del río Suaza[18].
En
1959, por Ordenanza 29, la Asamblea Departamental autoriza al Señor Gobernador
para gestionar un empréstito por 20.000.000 de dólares para
la construcción de una Central Hidroeléctrica en el Huila[19]. En 1960, por Ordenanza 29, ordena el montaje de una
Central Hidroeléctrica en el rio
Bordones con capacidad para generar hasta 20.000 KWH; faculta al Señor Gobernador para que gestionara
un empréstito hasta de 50.000.000 de
pesos para emprender la construcción de la obra, mediante contrato, bien con la
empresa “Centrales Eléctricas Huila S. A.”, o de manera independiente; y crea
la “Junta de Energía Eléctrica e Irrigaciones del Huila” integrada por el Señor
Gobernador, el Secretario de Obras Públicas, el Secretario de Hacienda, el
Secretario de Agricultura y cuatro miembros de la Asamblea Departamental. Su
propósito: suplir las necesidades de la industria y la agricultura del sur del
Departamento[20]. En ese entonces, ejercía el cargo de gobernador el
doctor José Domingo Liévano, y como presidente de la Asamblea, Doña Belén
Gutiérrez de García. Y en 1961, por Ordenanza 7, la Asamblea Departamental
autoriza al Señor Gobernador para contratar un empréstito por 200.000.000 de pesos para la construcción de obras
hidroeléctricas en el Departamento[21]. Sus resultados no aparecen en los archivos
disponibles. A la final, ¡sueños!
Estos
sueños continuaron en mentes de gobernantes, políticos y medios de
comunicación. En lo sucesivo, las “Centrales Eléctricas del Huila” continuaron
afrontando las deficiencias en materia de energía eléctrica para la población
huilense. Los salvavidas: la
interconexión con la Hidroeléctrica del Prado, Tolima, en 1972, y el
consiguiente desarrollo de planes de electrificación rural y alumbrado público;
y los estudios de factibilidad de la represa de Betania a cargo de las empresas
SEDIC de Medellín y HARZA de Chicago, por valor de 30.000.000 de pesos, según
informe de la gestión del presidente Misael Pastrana Borrero (1970-1974)[22]; esto último, obtenido más
por la creciente demanda de energía eléctrica de los principales centros
industriales del país, que por la demanda del orden regional, así como por la paulatina
centralización del manejo de los recursos energéticos y mineros del país, tal
como lo reconoce el mismo Plan de Desarrollo del Huila de 1984, diseñado por la
Universidad de los Andes durante la administración del Dr. Antonio José
Villegas Trujillo.
TIEMPO DE DISEÑO DE PROYECTOS,
REALIZACIONES Y RESISTENCIAS
Aprobados
los estudios de factibilidad de la represa de Betania, el ICEL y ocho Centrales Eléctricas, con un capital
inicial de $14.600 millones, entre ellas la del Huila con un 6% de las
acciones, entregaron la construcción, mediante licitación, a los consorcios
Impregilo, Estruco, Pinski y otros, quienes comenzaron la obra en junio de 1981
y la concluyeron en 1987, ocupando un máximo de 3.400 personas, entre ellas,
115 extranjeros; tiene una capacidad
para generar 510.000 kW con tres turbinas tipo Francis, y un embalse de 7.400
hectáreas[23].
Para
los huilenses, Betania fue considerada como la redención definitiva de los
atrasos y las miserias de la región, y para gente de afuera como Germán Santamaría,
al Huila se le había aparecido la virgen en forma de petróleo y energía[24]. Comenzaba una época de
espera de las promesas de energía barata para los opitas, de la irrigación del
valle, de acueductos para Neiva y poblaciones aledañas y de proyectos turísticos
como la interconexión vía férrea de Neiva, Villavieja, Betania y Rivera.
Y
mientras se construía la represa, en 1984, siendo gobernador el doctor Antonio
José Villegas, y presidente de la Asamblea, Jairo Morera Lizcano, la Asamblea,
mediante Ordenanza 12, autorizaba la participación del departamento en los
estudios de los proyectos hidroeléctricos de El Quimbo, Pericongo, Guarapas,
Paicol y La Plata, y autorizaba la adquisición de empréstitos para dar
cumplimiento a lo ordenado[25]; y en 1988, por Ordenanza 016, siendo gobernador el doctor Félix
Trujillo T., y presidente de la Corporación, Álvaro Sánchez Muñoz, facultó al
Señor Gobernador la contratación de un empréstito hasta por $240.000.000 con destino a
financiar el estudio de factibilidad del proyecto hidroeléctrico de El Quimbo[26]. Este propósito fue
ratificado durante la administración gubernamental del doctor Julio Enrique Ortiz, quien en 1993,
informaba sobre la adjudicación de $600 millones por parte del gobierno
nacional para los estudios de factibilidad del proyecto hidroeléctrico de El Quimbo[27], en tiempos de la mayor
crisis energética del país por efectos climáticos.
¡De
dónde provenían estas iniciativas? Una respuesta puede encontrarse en
documentos que reposan en los anaqueles de las oficinas oficiales. En efecto,
en el Tomo IV del “Plan Vial del Dpto. del Huila – 1982” se encuentra la
siguiente información sobre proyectos hidroeléctricos en el Alto Magdalena elaborados
por el ICEL:
PROYECTOS HIDROELÉCTRICO DEL ALTO MAGDALENA
– 1982-
RÍO
|
PROYECTO
|
LOCALIZACIÓN
|
CAPACIDAD
|
TURBINA
|
Magdalena
|
Isnos
|
6
km aguas abajo del río Naranjo.
|
103
MW
|
2
turbinas Francis
|
Magdalena
|
Guarapo
|
5
km aguas debajo de la confluencia del río Guarapas.
|
104
MW
|
2
turbinas Francis
|
Magdalena
|
Chillurco
|
500
m aguas abajo de la confluencia del río Bordones.
|
161
MW
|
2
turbinas Francis
|
Magdalena
|
Oporapa
|
500
m aguas debajo de la confluencia de la quebrada Guarapas.
|
180
MW
|
2
turbinas Francis
|
Magdalena
|
Pericongo
|
4
km aguas debajo de la confluencia del río Timaná.
|
240
MW
|
3
turbinas Francis
|
Magdalena
|
Quimbo
|
2
km aguas arriba de la confluencia del río Páez.
|
320
MW
|
4
turbinas Francis
|
Páez
|
Páez
|
4
km debajo de la población de Páez.
|
143
MW
|
2
turbinas Francis
|
Páez
|
Aránzazu
|
15
km de La Plata
|
102
MW
|
2
turbinas
|
Páez
|
Paicol
|
6
km del poblado.
|
311
MW
|
4
turbinas
|
La
Plata
|
La
Plata
|
16
km aguas arriba del poblado.
|
159
MW
|
2
turbinas Francis
|
Magdalena
|
El
Manso
|
15
km aguas debajo de la represa de Betania.
|
118
MW
|
2
turbinas Francis
|
Magdalena
|
El
Juncal
|
5
km aguas debajo de Fortalecillas.
|
115
MW
|
3
turbinas Francis
|
Magdalena
|
Veraguas
|
7
km aguas debajo de Fortalecillas.
|
-
|
-
|
Magdalena
|
Bateas
|
Confluencia
del río Baché.
|
145
MW
|
-
|
Magdalena
|
Balsillas
|
11
km aguas debajo de Aipe.
|
126
MW
|
-
|
Cabrera
|
Buenos
Aires
|
Confluencia
de la quebrada Tasajera.
|
106
MW
|
-
|
Neiva
|
Neiva
|
Aprovechamiento
de 140 m de caída de agua.
|
70
MW
|
-
|
FUENTE: Resumen del Plan vial Dpto. del
Huila 1982. Tomo IV. MOP, Neiva, 1982, p. 651-665
¡Son
alrededor de 17 represas! y no las tres o cinco mencionadas en estos días por la prensa local y la dirigencia regional[28]. De cumplirse estos
sueños, ahora “tecnologizados”, no sería la segunda aparición de la virgen,
sino el naufragio, ya no en el mar de plástico[29], sino el naufragio de la
misma existencia de los coterráneos, porque no todos formulaban proclamas
grandilocuentes en favor de los
proyectos en marcha.
En
este sentido, hubo voces que advertían las implicaciones negativas frente a las
tierras aptas para la producción alimentaria, próximas a ser inundadas. Así,
los ingenieros Ricardo Castaño y Antonio José
Puentes, y Ramón Tovar Andrade, concejal de la oposición de Neiva, conocieron
estas proyecciones del ICEL, y realizaron, respectivamente, conversatorios en la Biblioteca de
Universidad Surcolombiana y en barrios de Neiva y Yaguará, denunciando la forma
inmisericorde como se iban a perder miles de hectáreas de tierras fértiles
aguas arriba de la represa de Betania y de las proyectadas[30]. Estas voces de denuncia,
fueron tildadas por la prensa local como apreciaciones animosas de
representantes del comunismo internacional[31]. Desde la academia se
asumieron otras posturas: el programa de Ingeniería Agrícola de la Universidad
Surcolombiana, mientras se construía la represa de Betania, en 1982 difundía la
idea de aprovechar fuentes de energía renovables y no contaminantes como la
energía geotérmica, el gas metano que produce la fermentación de material
orgánico, la energía eólica, la energía solar, y la producida por el agua
mediante la instalación de pequeñas
turbinas[32].
Y, la misma Universidad, a través del CIDEC, ante los anuncios sobre la
construcción de la represa de El Quimbo, expresaba su inconveniencia por la
coyuntura económica adversa que se vivenciaba en esa época en el plano nacional
e internacional[33].
Una
postura radical contra la inundación de tierras aptas para la producción
alimentaria, alternativas ecológicas para la producción de energía y análisis
económicos en torno a la inconveniencia de la construcción de la segunda
hidroeléctrica, formaron parte de las primeras voces de resistencia frente a la
tecnocracia central. En lo sucesivo y hasta comienzos del presente siglo, la
dirigencia regional y los medios de
comunicación guardaron silencio. En conversación con Don Reynel Salas Vargas, autoridad regional
en esta temática, según sus consultas, expresa que estos proyectos habían sido
suprimidos de los discursos oficiales porque no eran fuentes de manejo
burocrático autónomo.
Finalmente,
a partir de 1991 han corrido ríos de tinta vertidos en impresión de diagnósticos, Leyes, Ordenanzas,
Acuerdos, Resoluciones y Directivas relacionadas con los recursos hídricos y su
importancia sociocultural. Sobre ese mar de papeles, ¿será posible construir
sueños en los cuales primen las lógicas humanistas, en armonía con
las lógicas de la naturaleza?; y, ¿será
posible aterrizar este tipo de sueños, cuando en el contexto nacional
prevalecen los intereses económicos, sin importar el naufragio de culturas
ancestrales y fuentes alimentarias?
¡La naturaleza cobra la
avaricia y la soberbia!
ANEXO No 1: PROYECTOS
HIDROELÉCTRICOS EN EL HUILA 1982
ANEXO No 2: PROYECTOS
HIDROELÉCTRICOS DEL ALTO MAGDALENA 1982
ANEXO No 3: PROYECTOS
HIDROELÉCTRICOS CUENCA DEL RIO MAGDALENA 1982
[1]
Ponencia presentada en el XVI Congreso Colombiano de Historia celebrado en
Neiva entre el 8 y el 12 de octubre de 2012
[2]
Torres S., William Fernando y Pachón, Hilda Soledad Construir desde abajo.
Subjetividades en la Región Surcolombiana. En Insurgentes. Construir región
desde abajo. Varios autores. Ed. USCO, Neiva, 2003
[3] Para la historia de la
electricida d en Colombia y el Huila puede consultarse: COLCIENCIAS. Historia
social de la ciencia en Colombia. Tomo IV Ingeniería e historia de las Técnicas
(1). Ed. Tercer Mundo, Bogotá, 1993; MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS Y TRANSPORTE.
Plan vial departamento del Huila 1982. Tomo IV Fuentes de energía-turismo. Ed.
Empresa de Publicaciones del Huila, Neiva, 1982; BCH. Betania, energía para
Colombia. Ed, Kimpres, Bogotá, 1994; Años de energía. 50 años Electrificadora
del Huila. Ed, Kimpres, Bogotá, 1997; Olaya A., Alfedo y Sánchez R., Mario.
Ecosistemas estratégicos del Huila. Significado ecológico y sociocultural.
USCO. Facultad de Ingeniería, Neiva, 2003; Depatamento del Huila. Agenda
Interna del Huila para la productividad y la competitividad. Ed. Surcolombiana,
Neiva, 2007
[4]
En el texto de COLCIENCIAS, Op. Cit., cita
al ingeniero neivano Rafael Nieto Paris como el primero que había
propuesto para Bogotá el servicio de luz eléctrica. P. 327. Igualmente expresa
que en Neiva se había iniciado el servicio
eléctrico en 1916 con una planta térmica de Clímaco Mejía. P. 234 y 254.
[5]
Informe que el Secretario General de la Gobernación presenta al Gobernador del Departamento.
En Informes de Gobierno 1912-1919. Archivo Academia Huilense de Historia, p. 93
[6]Ibídem.
[7] El
ramal férreo Espinal y Neiva se
construyó entre 1919 y 1938.
[8]
Gobierno departamental. Informe de gestión 1992-1993 y Programa 1994, Neiva,
1994, p. 40
[9]
Periódico La Nación del 12 de agosto de 2012
[10]
Salas V., Reynel. Electrificadora del Huila: antecedentes históricos. En Años de energía. Op.
Cit.,p. 20 ss.
[11]Ley
151 de 1941. En Diario Oficial No 24843 del 22 de diciembre de 1941
[12]
Salas V., Reynel. La electrificación en el Huila. Op. Cit., p. 17-18
[14]
Vargas Motta, Gilberto. Semblanzas del Huila. Ed. Los Cámbulos, Neiva, 1982, p.
110-112
[15]
Revista Bosquejos del Huila, Neiva, 1955
[16]
Según el corresponsal Jorge Andrade
Rivera, el 14 de septiembre de 1955 se había creado esta organización. Sin
embargo, Camilo Francisco Salas Ortiz expresa que dicho organismo inició
labores el 22 de febrero de 1964. En Historia General del Huila. Tomo 5, p.153
[17]
Revista Semana No 492 del 16 de abril de 1956, p., 14
[18]
Revista Semana No 498 del 4 de junio de 1956, p. 12-13, p., 12-13
[19]
Gaceta del Huila No 2238 del 6 de febrero de 1960.
[20]
Gaceta del Huila No 2262 del 14 de febrero de 1961
[21]
Gaceta del Huila No 2278 del 2 de noviembre de 1961
[22]
Huila 1970-1974. Cuatro años de progreso. Ed. Instituto Técnico Industrial, Centro
Don Bosco, Bogotá, 1974, p. 155-157
[23] Para
una mayor información, ver: Salas Ortiz, Camilo Francisco. En: BCH Betania. Op.
Cit., p.48
[24]
Santamaría, Germán. Frente al gran desafío…En Economía, política y cultura
–Huila, años 80-; USCO, Neiva, 1986, p. 150
[25]
Archivo Gobernación del Huila.
[26]
Archivo Gobernación del Huila.
[27]Gobierno
departamental. Informe de gestión 1992-1993. Op. Cit., p. 68
[28]
El periódico La Nación de Neiva del 21 de agosto de 2012, trae el siguiente
titular en la página 8: “¿Minicentrales eléctricas en el Alto Magdalena?
[29]
Concepto tomada de Torres S., William Fernando. De la insularidad al naufragio.
En Economía, Política y Cultura –Huila, años 80- ed. USCO, Neiva, 1986, p.
90-92
[30]
Conversaciones con Eduardo Gutiérrez Arias, ex diputado y ex secretario de
Agricultura; y Héctor Ramón Ángel,
dirigente del cooperativismo magisterial. Neiva, 2012
[31]Una
de ellas encuentra en el Editorial del
Diario del Huila del 29 de noviembre de 18987
[32]
Análisis Rural. Revista semestral de Ingeniería Agrícola, USCO, Neiva,. Año I,
No I, de junio de 1982,p. 12-16
[33]
Artículo periodístico “Por qué el proyecto del Quimbo no es factible hoy?” del
Diario del Huila del 3 de noviembre de 1987, p.3
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